Cuando esté en un restaurante guarde una bolsita de azúcar que él haya tocado. Ponga adentro tres granos de café y un cuarzo lapizlazuli, rodocrosita o “ala de ángel”. Amárrela con un metro de listón rojo haciendo cruces.
Compre una veladora de “Dominio o del “Éxito”, tómela fuertemente en sus manos y diga tres veces: “Si eres mío, eres mío y de nadie más”.
Ponga la bolsita de azúcar envuelta en el listón junto para que se “vele” y guárdela en un lugar secreto hasta que surta efecto. Saque el azúcar y úselo para endulzar el café (de él), tome el cuarzo y los granos de café para que los traiga siempre con usted.
Rocíe alrededor de la vela el azúcar y afuera del plato coloque en círculo el listón rojo. Si ya sabe el nombre de la persona, escríbalo en el listón con tinta negra, si no, déjelo así.
Encienda la veladora, déjela consumir y retire con cuidado la cera que se habrá mezclado con el azúcar. No la tire, pues se habrá convertido en un talismán de atracción. Puede guardarla en un lugar secreto o enterrarla en su jardín (asegurándose que no sea removida antes de que surta efecto) o en una maceta que tenga en su casa.
Amárrese el listón rojo a la cintura con siete nudos, pensando en cada amarre que la persona deseada llegará feliz a usted muy pronto o que, si ya la tiene, desbordará de amor. Llévelo puesto sin al menos por siete días seguidos. Si por algún motivo debe quitárselo o se le cayera, el efecto se corta y deberá hacer nuevamente el ritual desde el principio. El aceite que le sobre después de ungir la veladora, úselo en su persona. Unas tres gotas diarias bastan para atraer amor, armonía y buena suerte.